Rinoceronte,
búfalo o caballo, su presencia ha sido reseñada históricamente, formado parte de la mitología de diversas
culturas, desde los griegos, vikingos, India, China, la Europa de la Edad media,
hasta datos más recientes del año 2008 del parque natural de Prato (Toscana),
Italia y la noticia sobre los hallazgos de un grupo de arqueólogos de la
academia de ciencias sociales de la Universidad de Pionyong, a 200 metros del
templo Yongmyyong, que divulgó la Korean
Central News Agency, en noviembre de 2012.
Encontramos
la palabra unicornio hasta en traducciones bíblicas, como en la traducción
Reyna-Valera de 1904, en Números 23:22, “Dios los ha sacado de Egipto, tiene
fuerzas como de unicornio”.
Posteriormente, otras traducciones han utilizado la palabra búfalo o
buey.
El
unicornio ha sido descrito como un ser mágico, de belleza sublime, un ser majestuoso que ha inspirado
innumerables historias de fantasía, a poetas, pintores y escultores. Aun en nuestra época su simbolismo inspira a
compositores, diseñadores, fabricantes de juguetes y guionistas de cine.
Cuenta
la leyenda que eran sumamente ariscos, solo se dejaban ver de personas de
corazón puro y tocar de aquellas personas de bondad y ternura. Eran celosos de
su libertad, por lo cual morían rápidamente en cautiverio.
Sin
embargo, sucumbían ante la belleza del alma, sobre todo ante una doncella;
entonces se volvían dóciles y no les importaba perder su libertad, a cambio del
cariño y cuidado de quien adoptaban como su dueña. Es por esto que encontramos tantas
representaciones de vírgenes y unicornios en pinturas y tapices antiguos.
Lamentablemente,
debido a los poderes mágicos que se les atribuían, eran muy perseguidos por los
cazadores. Se decía que eran inmunes a
los conjuros y venenos, tenían el don de purificar las aguas cuando la punta de
su cuerno tocaba el agua donde bebían. Su cuerno, reducido a polvo tenía poderes
curativos y alargaba la vida.
Mito
o realidad, la magia que envuelve al unicornio
ha trascendido al tiempo porque refleja elementos de esa fantasía de amor, bondad y
belleza que necesita el ser humano para alimentar su alma.
L. CEDEÑO S.
Un tema extraño para estos tiempos de
intereses puramente materiales y tecnológicos.
De algo tengo la certeza, sí tengo un unicornio, aunque no precisamente
azul.
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