domingo, 14 de septiembre de 2014

EL HILITO ROJO DEL AMOR

“Un hilito invisible conecta a aquéllos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, el lugar, ni la circunstancia.  El hilo se puede estirar o enredar, pero nunca se romperá”

                                         Proverbio chino


El color rojo simboliza la fuerza, la suerte.  El hilo es la luz.

Una leyenda muy antigua de la mitología de Asia Oriental, especialmente de China y Japón, habla de un hilito rojo que ata a las personas por el dedo meñique.

La leyenda más conocida  referente al hilito rojo es la leyenda japonesa que cuenta sobre un emperador.  “El emperador hace que localicen y traigan ante su presencia a una bruja que según contaban, era capaz de ver el hilo rojo de las personas.  El emperador le ordena que busque dónde termina su hilo.  La bruja empieza a seguir el hilo rojo hasta una mujer campesina en un mercado, quien tenía una bebé en los brazos.  Cuando el emperador miró la mujer, la empujó haciendo que la niña cayera y se golpeara la frente. Se sintió burlado por la bruja y fue tal su disgusto que mando que le cortaran la cabeza.

Varios años después, llegó el momento de tomar una esposa, sus consejeros consideraron que su mejor opción era casarse con la hija de un militar muy poderoso,  idea que aceptó el emperador.  Llegó el día de la boda, cuando vería por primera vez a la novia.  Al levantar el velo,  quedó maravillado ante el hermoso rostro de la joven y gran sorpresa se llevó, al notar una pequeña cicatriz que tenía en la frente…"

La mitología popular cuenta que el abuelo que habita en la luna, cada noche busca entre las almas aquéllas que están predestinadas a encontrarse en la tierra y que cuando las encuentra las ata con un hilo rojo para que no se pierdan.

Pero, en China, también creen que el hilo es muchas veces tan largo que en esta vida nunca se encontrarán con su verdadero amor.  Además, que el abuelo de la luna ata un hilo rojo a cada niño que nace, atando el hilo también a otros hilos que a su vez se sujetan a las muñecas de todas las personas que ese niño está destinado a encontrarse durante toda su vida…

Estos hilos se alargan, se enredan, aunque no lleguen a romperse…



L. CEDEÑO S.

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