sábado, 27 de abril de 2013

TRABAJO / Pan de Vida



El trabajo siempre ha sido necesario para el sustento del ser humano.  Tenemos referencias del trabajo desde la prehistoria.  La caza, la pesca y posteriormente el cultivo, cuando el hombre primitivo pasó a ser sedentario, nos hablan de sus esfuerzos para sobrevivir.  Llegan las guerras, las conquistas y con ellas la esclavitud.  Trabajo de sol a sol, por una ración de comida y tal vez un techo.  El mundo se amplía, el número de personas crece, la esclavitud y el feudalismo lentamente desaparecen y el ser humano tiene que buscar su sustento particular. Ya no es un esclavo o un siervo, ya no depende de un amo, un señor.   

En el Siglo XVI, en Inglaterra, aparece para la gran masa  la oportunidad de insertarse al mundo laboral, a través del capitalismo comercial, reemplazando el sistema feudal.  Posteriormente encontramos, hacia finales del Siglo XVII y principios del Siglo XVIII, un nuevo mercado laboral, con el capitalismo industrial. Ya formalizada y definida la labor del ser humano por una remuneración para suplir sus necesidades, desaparece la visión de esclavitud y surge la relación de empleado y empleador, aunque con muchas desventajas para el trabajador.

Comienza la lucha por conquistas laborales, principalmente definir la cantidad de horas de trabajo.  El trabajador tuvo que esperar hasta mayo de 1886, cuando en Chicago, Estados Unidos los movimientos obreros sindicalistas, sacrificando muchos hasta sus vidas, obtuvieron la definición de una jornada de 8 horas de labor diaria.  En  el Congreso llevado a cabo en París, en julio de 1889,  se instaura el  día 1ro. de mayo, como el  "Día Internacional del Trabajador", que celebramos en la actualidad, en honor a los sindicalistas caídos en Chicago en 1886.

A menudo escuchamos la frase "El trabajo es un castigo".  Si tomamos la palabra latina "Trabajolium" o "Trepalium", ésta última que se refiere  a algo parecido a un cepo que se utilizaba para sujetar caballos y bueyes, vemos cómo desde épocas muy antiguas se ha asociado el trabajo, con el castigo.

Desterremos de nuestro interior el concepto de "Trabajo-Castigo".  En nuestra sociedad actual, el 99% de los seres humanos tiene que trabajar para subsistir. Sigue siendo una realidad la frase "Quien no trabaja, no come".  Aún los que poseen grandes capitales tienen que velar por sus intereses y eso, es trabajo... Hoy, el hombre y la mujer,  si no es trabajador independiente, tiene necesariamente que integrarse al mercado laboral, para lo cual, necesitará los conocimientos, las herramientas que le habiliten para competir por un puesto de trabajo y desempañar eficientemente sus funciones, para conservar su empleo.  

El trabajo perfecto no existe, pero podemos tratar de prepararnos para desempeñar una labor acorde a nuestras capacidades, afinidades y habilidades personales.  En la medida que sintamos satisfacción por el trabajo que realizamos, será más fácil el buen desempeño de nuestras funciones. Tener un empleo de cualquier naturaleza, un empleo digno, es un regalo que sí dignifica al ser humano. Es un regalo que debemos cuidar, que nos  impulsa al desarrollo personal, que, con dedicación y esfuerzo, nos brindará un mejor nivel económico en beneficio propio y el de la familia.
  
Tengamos siempre presente que los empleos no son eternos, aunque en algunos países de Oriente, hasta hace pocos años,  era un deshonor tener dos o tres empleos a lo largo de tu vida.  Podemos cambiar de empleo si lo consideramos necesario.  Además, en un mundo cambiante, como el que vivimos, las circunstancias mismas nos obligarán a cambios laborales. Cada oportunidad de empleo es un cambio de vida.   De cada actividad laboral habremos obtenido un aprendizaje, una experiencia de vida.

Sobre el trabajo algunos notables han dicho:

  • Lo que con mucho trabajo se obtiene, más se ama.     Aristóteles
  • Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar un solo día de tu vida.  Confuccio
  • Trabaja en algo para que el diablo siempre te encuentre ocupado.  San Jerónimo
  • Todos buscan trabajo pero cuando lo encuentran quieren otro.   Anónimo
  • El trabajo aleja de nosotros tres grandes males:   El aburrimiento, el vicio y la necedad.  Voltaire
  • Dar a un hijo mil onzas de oro no es comparable a enseñarle un buen oficio.  Proverbio chino
  • Marcharían mejor las cosas si cada cual se limitara a ejercer el oficio que le es conocido.  Platón
  • Dale al trabajador su salario antes que se haya secado el sudor de su frente.  Mahoma
  • Encaríñate con tu oficio y descansa en él.  Marco Aurelio
  • Los dioses ayudan a los hombres que se ayudan a sí mismos, y esto es mediante el trabajo.  Virgilio
En el mundo de hoy, los padres son el pilar fundamental para el desenvolvimiento futuro de los hijos.  Los padres tendrán que trabajar arduamente para educar un ser humano capaz de enfrentarse a la vida.  Para esto, el niño tendrá que desarrollar hábitos de estudio, y disciplina. Un niño, un adolescente tiene que ir a la escuela, los niños en las calles  no utilizan su mente y su tiempo en nada productivo.  Dicen que  "En mente ociosa, taller del diablo".  Por eso, digamos un rotundo "NO" al trabajo infantil.   El trabajo del niño es estudiar y prepararse para enfrentar la vida de adulto que le espera. 

El joven principiante, apenas culmine sus estudios, se verá obligado a insertarse a un mundo laboral cada vez más exigente y competitivo, la misma sociedad le obligará a trabajar, a producir para sostenerse, a interactuar con personas desconocidas, con las cuales compartirá en ocasiones más horas que con su propia familia.  El trabajo le abre las puertas hacia la vida adulta, hacia Una Nueva Vida.

Si nos remontamos a la filosofía de la sociedad romana, griega o egipcia, encontraremos que el trabajo remunerado era calificado como "indigno", porque el ocio se consideraba un distintivo de la clase alta.  Aún siendo "acaudalado" quien tenía que trabajar para conservar sus bienes, no era precisamente muy bien aceptado entre los de clase privilegiada.

Muy atrás ha quedado la filosofía del ocio. En el mundo de hoy  la holgazanería y  la vagancia no son una opción de vida.  El mundo, las oportunidades son para  quien trabaja para su beneficio, el de su familia  y de la sociedad en que se desenvuelve.  El trabajo es el motor que mueve el mundo!    Honor y gloria a todos los trabajadores que llevan el pan a su hogar, con el sudor de su frente.  Feliz Día del Trabajo!

L. Cedeño S. 

martes, 16 de abril de 2013

SER MADRE - Una Nueva Vida



Como la tierra,  el agua, el universo, la Madre es vida, es sendero de luz hacia la evolución.
 En cualquier escenario en que la mujer se involucre como madre, sea biológica, adoptiva o sustituta, experimentará un cambio drástico en sus sentimientos y rutina de vida.


Especialmente cuando ese nuevo ser es de consanguinidad directa,  cuando ha sido concebido, gestado y traído al mundo a tavés de ella, la mujer lo identificará como suyo, como su propiedad.  Lo cuidará, defenderá y protegerá, como deber y derecho divino.  Para reafirmarle  ese regalo mágico de la maternidad, la naturaleza le ha concedido a la madre ser la proveedora del primer alimento que necesita el recién nacido para subsistir, un ser que, a partir de su nacimiento, dependerá solo de ella.  La mujer, ahora madre, modificará, sacrificará muchos intereses de su vida, porque en su naturaleza, en su interior, alberga ese sentimiento mezcla de amor incondicional, sentido de protección, sacrificio y ternura... El instinto materno. Ese acontecimiento físico y emocional que experimentó la nueva madre la envolverá y obligará a  "Vivir una Nueva Vida".


En la sociedad actual, más que nunca, la madre desempeña varios roles, es  niñera, enfermera, cocinera, maestra/institutriz, compañera de juegos, chofer, psicóloga, (muchas veces madre y padre al tiempo) y sobre todo, vigilante. La madre de hoy, en ocasiones relega a un segundo plano sus ilusiones, su vida profesional  y social y hasta su grácil figura femenina, en favor de la maternidad.   Ser madre es un trabajo, no remunerado, de 24 horas al día,  especialmente en los primeros años de vida, cuando lidiará con las fiebres y todo el proceso de crecimiento del niño, no importa si  se tiene que cumplir con una jornada laboral fuera del hogar.  Será la madre quien se encargue de su educación de hogar y social, de las enseñanzas de las buenas costumbres y modales, (porque la educación de hogar, no se improvisa), complementará la educación escolar que continuará por muchos años más.  La madre siempre verá los hijos como terreno fértil para labrar su futuro mientras convivan bajo el mismo techo, en el seno materno.


En muchas ocasiones aguantará la respiración cuando los hijos le contesten, en esos momentos que creen que ya lo saben todo, o la critiquen al conducir, cuando tendrá que recordarles que ellos eran bebés  cuando ella ya conducía para llevarlos al pediatra. Aguantará la opresión en el pecho cuando de adolescentes ya no conozca sus amigos y empiecen a salir. Peleará contra el sueño, mirando pasar las horas, hasta que lleguen en la madrugada, para entonces hacer creer que está profundamente dormida.


La palabra más cercana para definir  la labor de una madre sería "ABNEGACION".  La madre asume, por amor, de manera natural y desinteresada,  un compromiso de  por vida, sin esperar retribución. Como parte de la vida cotidiana vivirá paralelamente la vida de sus hijos, sufrirá sus frustraciones, penas y fracasos.  Para no mentir, callará, ocultará secretos, justificará y perdonará faltas y tendrá en ocasiones que convertirse en cómplice ante situaciones que simplemente se le salgan de las manos, pero, también disfrutará y compartirá con orgullo sus alegrías,  sus triunfos, sus realizaciones, como si fueran propios.  Para la madre, su gran medalla al mérito, su gran trofeo, su mayor satisfacción de vida será ver sus hijos convertidos en personas de bien, en seres humanos capaces de enfrentar su propia vida.


Como ley de vida, los hijos se emanciparán, harán su tienda aparte y solo restará bendecirlos y orar para que, en la vida que escogieron apliquen algo de las enseñanzas transmitidas, deseando que su camino y el de su descendencia, sea más fácil que aquél que la madre ha tenido que caminar.
   
Algo muy cierto es que, no importa cuánto les enseñes, como los eduques, los hijos siempre darán sorpresas...  harán su voluntad, escogerán su propio camino.   Dice un adagio popular: "Hijo pequeño, preocupación pequeña... Hijo grande preocupación grande".   Otra certeza es que, no importa qué tan adulto sea un hijo, para la madre es su hijo siempre.  Sus sentimientos hacia él serán los mismos siempre; lo protegerá y defenderá, su mundo siempre girará en torno a él,  y siempre elevará una oración pidiendo para él protección y amor, en cualquier lugar donde se encuentre.

BENDICIONES A TODAS LAS MADRES, EN TODO EL MUNDO. ¡GRACIAS POR SU CORAJE, SU NOBLEZA DE ESPIRITU Y ABNEGACION SIN PAR!

L. CEDEÑO S.