martes, 29 de abril de 2014

DESIDERATA


DESIDERATA,  del latín  "desideratum"  que significa "Conjunto de cosas deseadas"  es tal vez, el poema  antiguo más conocido, editado y  traducido a más idiomas. Oficialmente su autoría fue otorgada al abogado y filósofo de Harvard Max Ehrnman (1872-1945).  Después de su fallecimiento, se publicaron sus poemas en 1948, incluyendo entre ellos el poema Desiderata, a pesar de tenerse conocimiento de la existencia y circulación de copias del poema, desde 1692, especialmente en la Iglesia "Old St. Paul´s de Baltimore, Maryland, en Estados Unidos.   Cuentan que el pergamino original del poema fue encontrado en un monasterio en el Siglo XVI. Para la década de los 60´s Desiderata pasó a ser algo así como un ícono para los movimientos de paz de la época.  En 1976 un tribunal de apelaciones en Estados Unidos dictaminó que el Poema Desiderata era un documento de dominio público.   


Desiderata, más que un poema, es una filosofía de vida, un mensaje a la humanidad de todos los tiempos. Una guía para quien busca la alegría y la felicidad.

"Camina plácidamente  por el mundo entre el ruido y las prisas, recordando que puedes encontrar paz en el silencio.

Mantén buenas relaciones con todos en tanto te sea posible, pero sin subyugarte.

Enuncia tu verdad tranquila y claramente; y escucha a los demás, incluso al torpe y al ignorante.  Ellos también tienen su historia.

Evita las personas ruidosas y agresivas, pues son vejaciones para el espíritu.

Si te comparas con los demás, puedes volverte vanidoso y amargado
porque siempre habrá personas más grandes o más pequeñas que tú.

Disfruta de tus logros, así como de tus planes.

Interésate en tu propia carrera, por muy humilde que sea pues es un verdadero tesoro en las cambios fortuitos del tiempo.

Sé cauto en tus negocios, porque el mundo está lleno de engaños.

Pero no por esto te ciegues a la virtud que puedas encontrar;  hay mucha gente que se esfuerza con heroísmo para alcanzar nobles ideales.

Sé tu mismo. Especialmente no finjas afectos. Tampoco seas cínico respecto al amor, porque a pesar de las arideces y desencanto, el amor es tan perenne como la hierba.

Acepta con amor el consejo de los años, renunciando con donaire a  las cosas de juventud.

Cultiva la pureza y fuerza de tu espíritu para que te proteja en las repentinas adversidades, pero no te angusties con fantasías. 

Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.

Más allá de una sana disciplina, sé amable contigo mismo.

Eres una criatura del universo, al igual que los árboles y las estrellas; tienes derecho a estar aquí. Y, te resulte o no evidente, sin duda el universo se desenvuelve como debe.

Por lo tanto, mantente en paz con Dios, de cualquier modo que le concibas, y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones, mantente en paz con tu alma en la ruidosa confusión de la vida.

Aún con todas sus farsas, cargas y sueños rotos, este sigue siendo un mundo maravilloso.

Ten cuidado, se alegre y esfuérzate en ser feliz”.



L. Cedeño S.

miércoles, 2 de abril de 2014

FELICIDAD


A CADA PERSONA A QUIEN PREGUNTES TE DARA UNA RESPUESTA DIFERENTE SOBRE LA FELICIDAD Y TODOS ESTARAN EN LO CIERTO, PORQUE LA FELICIDAD DEPENDE DEL INTERIOR DE CADA UNO...


“Summun bonum”  o el bien supremo, la consideraban los filósofos. En latín, derivada del vocablo “Felícitas” sobre la felicidad se ha escrito casi tanto como del amor, el desamor o la guerra.  

La felicidad en el mundo moderno se asocia erróneamente con el dinero y las satisfacciones que éste proporciona.  La alegría que sentimos con la adquisición de cosas materiales tendemos a confundirla con la  felicidad. Sin embargo, la alegría es un momento, es efímera porque obedece a una emoción, a una circunstancia.  Por supuesto, cuando estamos alegres, por la razón que sea, nos sentimos felices.  La alegría, el placer del momento pasa, pero la felicidad va más allá porque más que emocional es psicológica, es un estado interior, un sentimiento, es más serena, sosegada, más plena, porque cuando entendemos el verdadero sentido de la felicidad hemos aprendido a sentirla y sobre todo a cultivarla, cuidarla y disfrutarla internamente. La felicidad se construye en la medida de nuestras experiencias personales, pasando por algo así como una alquimia personal, hemos entendido que la felicidad no es un estado de perfección en nuestra vida ni en nuestro entorno. 

Como seres humanos imperfectos siempre vamos a desear alcanzar ese “algo” que creemos nos hará más felices. Muchas personas pasan toda su vida diciendo: “Voy a ser felíz el día que…”, esperan toda la vida un milagro o un evento que no llega.  Aceptar nuestras limitaciones, ubicarnos en nuestra realidad de vida no es ser conformistas, no es motivo para dejarnos arropar por la frustración y la depresión, enemigos de nuestra paz interior y nuestra vida presente.
 
Se trata de valorar lo que se tiene y utilizarlo de la mejor manera para nuestro bienestar.  Valorar y agradecer aquellas cosas que nos proporcionan satisfacción interior, cosas grandes o pequeñas de nuestro diario vivir, que nos hacen sonreir al pensarlas. Si las enumeramos, nos sorprenderemos de tantas bondades por las que tenemos que dar gracias. Muchas personas ni siquiera saben que son felices porque no han identificado sus propios elementos de felicidad, tesoros invaluables como la prosperidad en muchos aspectos de su vida.

Si nos comparamos con los demás nunca encontraremos nuestra propia felicidad. Nuestra felicidad jamás será la de nuestro amigo, familiar o vecino porque cada uno tiene una visión diferente sobre ella.   En la medida que disfrutamos nuestra felicidad personal, desplazamos la depresión, bajamos el estrés y la angustia.
 
Propiciar momentos felices, disfrutarlos, compartirlos y alargarlos en lo posible, alimenta nuestra felicidad interior. Recordemos que la felicidad compartida, se multiplica, se contagia y se disfruta porque la felicidad se trata de eso, de encontrar felicidad en las pequeñas cosas que nos proporcionan satisfacción en el diario vivir.


l. Cedeño S.