El término mantra proviene
del sánscrito ( man - mente
y el sufijo -tra, que puede
traducirse como –liberador). La palabra
mantra podríamos traducirla como “pensamiento” pues en sí misma, una sílaba puede abarcar frases, oraciones y conceptos completos.
Cuando
se pronuncia la palabra mantra, muchas personas piensan en el mantra universal
“OM”. Por desconocimiento, este mantra
sagrado, de vibración extraordinaria, ha sido mal usado, avasallado y hasta
ridiculizado, sin saber que para el hinduismo representa el sonido creador del
universo y el principio de la existencia.
En el
hinduismo encontramos por primera vez la
palabra mantra en uno de los cuatro libros sagrados más antiguos de la India: Rig-veda, hacia mediados de 2000, a.C., donde
significa “instrumento de pensamiento”. Un mantra sagrado y muy conocido del hinduismo es “Om Namah Shivaya” que significa “Reverencias a Shivá”.
Aquellos
que han tenido la oportunidad de acercarse a la filosofía yoga, a una escuela
como Mantra Yoga Meditación, conocen una técnica de meditación personal muy profunda, pues penetra en los niveles más sutiles de la
conciencia. El Mantra Yoga Meditación es
una técnica milenaria que sigue las enseñanzas transmitidas por Sri Shánkaracharya, Santa Orden de los Swamis. Esta
técnica fue introducida a occidente por el Maestro Swami Gurú Devanand
Saraswati Ji Maharaj.
Para
religiones como el hinduismo y el budismo, un mantra, de una sílaba, una
palabra o una frase sagrada, se recita
para fortalecer la invocación a la divinidad en la meditación.
El
budismo tibetano recita cada mantra,
dirigiéndolo a hacia un aspecto de la iluminación. Por ejemplo, el mantra “Om Mani Padme Hum” se utiliza
específicamente para la compasión. (Ver
nuestro tema de abril de 2014). Aunque
algunas tradiciones budistas opinan que
un mantra solo tendrá efecto si su recitación es autorizada o supervisada por
un gurú o un lama, maestros como el Dalai Lama indican que este mantra será
siempre útil, si quien lo recita siente y piensa su significado.
Los
mantras generan vibraciones muy altas, el sonido es vibración y la vibración es
energía, que cuando repetimos un número
de veces con un propósito específico produce una frecuencia capaz de enfocar
nuestra mente, motivando cambios internos.
Con la
repetición continua y concentración en el mantra, nuestra mente va reemplazando
los cientos de pensamientos que afloran, con lo cual la persona logra un estado
de relajación y concentración más profunda, una meditación centrando su atención en su propia
conciencia.
Un
mantra, que, aunque milenario, se ha conocido y propagado en las últimas décadas,
proviene de las islas Hawaii: El Ho'oponopono, es a la vez
mantra y técnica de sanación interna ante
una situación que requiera armonía, reconciliación, sanar heridas,
recuperar el amor y perdonar. El mantra dice: “Lo siento, perdóname por favor,
te amo, gracias”. Practicar este mantra,
aún pensemos que no tenemos algo de qué arrepentirnos, o que no ha sido nuestra
culpa, tiene el poder de sanar,
purificar nuestro espíritu, nuestra mente y nuestro cuerpo. (Ver nuestro
tema de abril-14).
Existen
muchos mantras en todas las
religiones. Los mantras “limpian” la
mente, los pensamientos impuros, purifican el alma y el entorno de las
personas. Cualquiera que sea el mantra
que nos llegue, ojalá por vía de un Maestro, tengamos en cuenta que los mantras
no son un rezo, se repiten rítmica y rápidamente, a semejanza de algunas
oraciones o letanías que hemos aprendido en occidente.
Algo
importante es que un mantra se pronuncia o se repite mentalmente, dependiendo
si se trata de un mantra personal o ceremonial.
Cuando
un mantra se practica con dedicación, su
fuerza vibracional empieza a actuar de inmediato. Muchos a nuestro alrededor notarán un cambio,
pero, especialmente lo sentiremos nosotros internamente.
Nuestro
mantra llegará, cuando seamos conscientes de su grandeza, sus beneficios
espirituales, su alta vibración y fuerza enérgica, el cual pronunciaremos si
tenemos el entorno adecuado (dependiendo del mantra) o repetiremos mentalmente,
con toda la devoción y reverencia de su significado sagrado. Nuestro mantra personal nos encontrará en el momento adecuado porque,
“cuando el discípulo está preparado, el maestro no se hace esperar”.
L. CEDEÑO S.
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