Aunque
de origen animal marino, las perlas son consideradas gemas preciosas, con
características individuales y sedientas de agua, como el ser humano mismo. En la
mitología griega, en libros antiguos como el Shu King, de China, (23 siglos a.C.)
y otros antiguos libros sagrados,
encontramos referencias sobre la mujer y las perlas.
Mujer,
tu vientre, como la Madreperla, guarda una pureza divina, es terreno fértil para
todo tipo de invasores que podrán abrirse paso para sembrar vida en ti.
Mujer,
defiende tu vientre de fecundadores inapropiados. Escoge con atención a ese ser
que hará brotar la vida en tu vientre. Recuerda
mujer que como la madreperla, la formación en ti de un nuevo ser requerirá de capas
y capas de nácar, equivalentes a las cualidades físicas y espirituales tuyas y del dador de vida. Mujer, ora para que ese hermoso fruto que
crecerá dentro de ti desarrolle cualidades propias de las perlas, como su extraordinaria dureza, para que enfrente
los desafíos de la vida, y, ojalá, una hermosa brillantez espiritual.
Recuerda
mujer que cada hermosa perla que traes al mundo forma parte de un contrato
divino has elegido. Un contrato que como cualidad de una perla, simboliza la
pureza de corazón, la amabilidad, la justicia y sobre todo la lealtad; un
contrato divino para el resto de tu vida. ¡Cuida tu vientre divino futura madre!
L.
CEDEÑO S.
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