El símbolo de la
mano de jamsa, utilizado como talismán
de protección, sobre todo en el norte de África y Medio Oriente, protege contra
el mal de ojo, los celos y la maldad. Aleja vibraciones negativas y enfermedades. Favorece
la fertilidad y protege a las embarazadas. Atrae la buena fortuna y todo tipo
de bendiciones al hogar o la persona que lo usa, cultiva la paciencia y la
fidelidad.
Como “La Mano de
Fátima”, encontramos una mezcla entre historia y leyenda, realmente triste. Cuenta la leyenda que Fátima, la hija de
Mahoma, se casó con Alí, su primo, a quien adoraba. Un día, al final de la tarde preparaba la cena cuando le informaron que
estaba llegando su esposo. Fátima, muy
alegre sale al encuentro de su amado, cuando lo ve acompañado de una linda
joven concubina. Fue tan grande su
tristeza, los celos y la desilusión que corrió hacia la cocina y se dedicó a
revolver la olla hirviendo, sin darse cuenta que no estaba usando utensilio
alguno sino su propia mano. No era capaz
de sentir el dolor de las quemaduras.
Fue el mismo Alí quien corrió a socorrerla. Por supuesto esto le causó
un daño permanente.
Sobre Fátima, (Fatimah
Az-Zahra), hija de Mahoma, decían que era una mujer que oraba con tal fervor
que era capaz de hacer llover en el desierto y surgieran flores en la arena.
Nota: Según
la tradición no debe comprarse para uno mismo.
Debe ser regalada
L. CEDEÑO S.
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