Esta
simbólica flor, deriva su nombre de la
palabra francesa “lis” que quiere decir lirio o iris. Se distingue de otros
lirios por características muy particulares, tales como, su pétalo frontal caído
hacia adelante y los pétalos laterales que se posicionan casi horizontalmente
en forma de cruz, dejando a la vista, en lo alto, el pétalo central. Por su forma, el psicoanálisis ha
interpretado la flor de lis como un símbolo fálico, como una manera inconsciente de
representar los genitales masculinos, la virilidad y la fuerza. También se asocia
con la espada, forma claramente visible en la flor. Conjuntamente
con la cruz, el águila, el ramo de laurel, el león, la estrella, el sol y la luna, es uno de las figuras más
emblemáticas utilizadas históricamente.
Algunos
historiadores afirman que la flor de lis, como símbolo, se remonta a la flor de
loto del antiguo Egipto. Sin embargo, en
distintas civilizaciones, como en Japón y Mesopotamia podemos reconocer el uso
de una delicada flor, semejante a la flor de lis. También la podemos encontrar en varias monedas
griegas, romanas, asirias y musulmanas.
Aparece como detalle real en joyas milenarias en diferentes culturas, en
collares, aretes, tiaras, cetros, y escudos.
En la decoración de la Puerta de Istar en Mesopotamia, construida por Nabuconodosor II, en
el año 575 a.c., encontramos un símbolo
similar a la flor de lis.
Por la
connotación real y religiosa, a través de los años, la flor de lis se
constituyó en un símbolo de poder, soberanía, honor y lealtad, y también de
pureza de cuerpo y alma. Desde la Edad
Media, por ejemplo, es considerada un
símbolo de la realeza francesa. Y se
dice que su sentido es significar la perfección, la luz y la vida. Por eventos
históricos relevantes su símbolo pasó a ser utilizado también por las casas
reales de Inglaterra y España.
Se
suele representar en color amarillo (nobleza), sobre un fondo azul.
Como
símbolo fue adoptada por algunas religiones, la masonería, la alquimia, el movimiento scout internacional, quedando
estampada su presencia en innumerables escudos de armas, banderas, documentos
históricos y monumentos.
La
Iglesia Católica Romana utiliza el lirio como un emblema especial de la Virgen
María, considerada protectora de los reyes, y en conexión con el Arcángel Gabriel, quien entregó a María un lirio (o una azucena,
para otros), en la Anunciación. Los tres pétalos representan a la Santísima Trinidad. En el
escudo del Papa Pablo VI encontramos precisamente tres
flores de lis. La Iglesia Católica la usa como símbolo mariano (de la Virgen),
como símbolo de pureza y castidad.
Juana
de Arco, llevó consigo a la guerra, en
la cual resultó victoriosa sobre los ingleses, un estandarte blanco, como
emblema real de Francia, que representaba a Dios bendiciendo la flor de lis. Se dice que Luis VII eligió como emblema para
su escudo el lirio amarillo cuando partió a Tierra Santa.
A
partir del año 1376 en el escudo de Francia aparecen los tres lises. Esto, se cree que se hizo por orden del
rey Carlos
V, para diferenciar sus armas de las inglesas, puesto que los ingleses
habían incluido también la flor de lis como parte de su reivindicación del
trono francés durante la Guerra de los Cien Años.
En el siglo IV, por
los vínculos familiares entre las casas reales de España e Inglaterra, aparece
la flor de lis, en dos grupos de tres lises como emblema de la Casa de Lancaster, (dinastía
real inglesa), en el escudo real de Catalina de Lancaster, primera Princesa de
Asturias, esposa de Enrique III de Castilla, hermana de Enrique IV de Inglaterra, nieta de Eduardo III de
Inglaterra, abuela de Isabel la Católica.
En el siglo XIV la flor
de lis formó parte de las insignias de familia y se cosían en el
manto que usaba el caballero.
Para
los alquimistas la flor de lis simboliza la luz, la resurrección y la gracia de
Dios que ilumina. Estos adoptaron la
flor de lis como su símbolo durante el Renacimiento.
El
primer uso oficial de la flor de lis en occidente lo encontramos en el siglo V,
en la “vulgata” (traducción de los manuscritos antiguos por San Jerónimo de
Estridón, por encargo del papa Dámaso, para difundir catolicismo al pueblo), en cuya portada aparece un dibujo de la flor
de lis.
Robert
Baden-Powell, fundador del movimiento Scout en el año 1907, escogió la flor de
lis como símbolo del movimiento. Los tres pétalos representan los tres pilares
del compromiso scout, los tres principios y deberes (Dios, Patria y Hogar) y
las tres virtudes (Abnegación, Lealtad y Pureza). El Norte, representado por el pétalo central,
señala la dirección que debe tomar el joven scout, siempre hacia arriba.
La flor
de lis también era utilizada en los mapas antiguos para señalar el Norte,
habitualmente en las "rosas de los vientos" como símbolo del punto
cardinal Norte.
Datos
curiosos:
En
América encontramos que la flor de lis se popularizó mucho en trabajos de
herrería, en portones, rejas, como terminación, simbolizando linaje y distinción.
Está
presente en las banderas de Saint Louis (Missouri), Nueva Orleans, Montreal y Quebec.
La flor
de lis también la encontramos en el escudo de Guyana.
En los
escudos de armas de innumerables familias descendientes de españoles y
franceses.
En
América, de origen español, existe el apellido Lis.
Hoy,
encontramos el símbolo de la flor de lis en innumerables diseños comerciales, desde
textiles y accesorios (prendas de vestir, calzados, bolsos), hasta la
tradicional joyería, juguetes y variedad de elementos de decoración.
La flor
de lis, no obstante su comercialización en el mundo moderno, siempre conserva
esa delicadeza de sus líneas, esa inspiración de respeto, solemnidad, y las virtudes que dignamente ha representado
a través de la historia.
L.
CEDEÑO S.
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