Gozar de
buena salud es el pilar fundamental en
el día a día del ser humano. Quien no
goza de buena salud, tampoco goza de los placeres cotidianos que nos
proporcionan calidad de vida. Es como la anécdota del mendigo que podía comer
todo lo que no podía comprar y el hombre rico que no podía comer nada de lo que
podía pagar… Cuando se deteriora la salud física también se ha deteriorado
nuestro interior. El hombre siempre ha
tenido claridad en cuanto a ciertos elementos que nos dan o nos quitan la
salud, y así encontramos denominadores comunes a todos los tiempos tales como: Tranquilidad
interior, alimentación, esperanza, estado de ánimo y sobre todo, fe.
He aquí algunas frases célebres sobre la salud:
He aquí algunas frases célebres sobre la salud:
- El que quisiere tener buena salud en el cuerpo, procure tenerla en el alma. Francisco de Quevedo.
- El arte de la medicina consiste en entretener al paciente mientras la naturaleza cura la enfermedad. Voltaire
- Que tu alimento sea tu única medicina. Hipócrates
- El ánimo es la más sana medicina. Salomón
- La esperanza es el mejor médico que yo conozco. Alejandro Dumas, hijo
- Parte de la curación está en la voluntad de sonreír. Séneca
- El ser humano pasa la primera mitad de su vida arruinando la salud y la otra mitad intentando restablecerla. Joseph Leonard
- Las personas más sanas son aquéllas que tienen mala memoria porque olvidan y perdonan fácilmente, no albergan en su corazón odio ni resentimiento. Anónimo
Ante un
cuadro complicado de salud, examinemos
hacia atrás qué acontecimientos nos han golpeado sensiblemente (pérdida de un
ser querido, penas morales o económicas, etc.). Tratemos de recordar qué experiencias nos han
marcado espiritualmente.
Aunque suene
extraño, agradecer a Dios la experiencia que vivimos, agradecer la situación de salud que estemos enfrentando, pedir perdón
y perdonar, sonriendo internamente, orar pidiendo a Dios (a la divinidad, al
universo o como le llamemos), pedir el restablecimiento de nuestra salud, pero
pidiendo con sinceridad, con humildad y fervor, concentrándonos y dando gracias
por nuestra sanación, puede ser el camino más corto hacia la curación deseada,
una curación verdadera porque se genera desde nuestro propio interior y en
armonía divina.
Cuando
conseguimos esa paz interior, aún en medio del deterioro de salud,
experimentamos un inexplicable estado de felicidad interna que nos llena de esperanza, optimismo y deseo de vivir. La medicina del hombre es
siempre más efectiva cuando se combina
con el efecto placebo que añade la fe.
Podemos citar
al Dr. John Hagelin, PH.D, físico cuántico y educador, quien dice: “Pensamientos más felices conducen a una bioquímica más feliz. A un cuerpo más feliz y saludable. Está demostrado que los pensamientos
negativos y el estrés perjudican al cuerpo y al funcionamiento del cerebro,
porque nuestros pensamientos y emociones están continuamente reconstruyendo,
reorganizando y recreando nuestro cuerpo”
Aunque sea
difícil en los tiempos que vivimos, tratemos de mantenernos física y mentalmente sanos,
aplicando la “Fuente
de la Juventud” que consiste en: bajar
al mínimo el estrés, comer sano y variado, dormir suficientemente, hacer
ejercicio, visualizar y sentir nuestra salud de cuerpo y mente , y sobre todo,
no perder el sentido del humor! Por
algo dicen que la risa es un remedio infalible.
Gracias Dios
por todas los dones, las experiencias, la Salud… La Vida! A Sonreír!!!
L. Cedeño S.