sábado, 23 de febrero de 2013

LA PALABRA / Don del Ser Humano


Damos tanta importancia al lenguaje oral, al sentido de las palabras, que desde niños creamos paradigmas, no siempre exactos, sobre el verdadero significado de muchas palabras que utilizamos en nuestro diario vivir.   Hemos visto el origen de la creación del mundo y de la humanidad, a partir del pronunciamiento de la palabra.  Hemos escuchado o leído en el Génesis: “Dijo Dios “…  Así, con palabras, Dios le dio nombre a la luz, los cielos, la tierra, etc., hasta llegar a la creación del Ser Humano, también dándole un nombre, una palabra que los distinguiera: Hombre y Mujer.  Si observamos, en todo el proceso de la creación utilizó el verbo, inclusive en el séptimo día, cuando manifestó que se sintió satisfecho de su obra. Dios habló  al hombre y a la mujer, los dotó del habla, les dio instrucciones verbales, que  ellos escucharon.

El “Don” o regalo de la palabra fue tan respetado entre muchas antiguas culturas, hasta el punto de  limitar a rituales, cánticos, alabanzas u oraciones,  la pronunciación  de ciertas palabras o vocablos,  reservándolos sólo  para sacerdotes y elegidos.  Esa  facultad divina de hablar y escuchar, otorgada a los seres humanos, será determinante, desde los primeros años de vida, en su futura educación y en la calidad de su comunicación personal.

Las palabras no existen por si mismas, están íntimamente ligadas al pensamiento y la razón, tanto como al corazón o plano de los sentimientos.  Es por eso que debemos ser cuidadosos para no desarmonizar, provocar que lastimen o generen discordia. Recordemos que el verbo moviliza multitudes, crea o destruye la vida, porque tiene el poder de propiciar la Paz o la guerra.

La palabra permanece guardada en los planos sutiles, en el yo interior, pero una vez pronunciada, llega al plano físico de la manifestación y no habrá marcha atrás. Cada palabra que pronunciamos representa en sí misma una vibración, la vibración que, por uso y significado cultural le hemos atribuido.  Esa vibración de la palabra, ya pronunciada,  impregna nuestro alrededor, viaja en el universo, acciona y regresa con su respectiva reacción en las personas que escuchan y en nosotros mismos. Al cuidar nuestro lenguaje, cuidamos la vibración de nuestro entorno y nuestro ser interior.  Muchos notables están de acuerdo que, con un buen propósito, el creador nos dotó con dos ojos para observar, dos oídos para escuchar, dos fosas nasales para respirar, dando tiempo a pensar,  y una sola boca, para hablar menos. 
   
Las palabras crueles, que causan humillación, tristeza y lastiman, generan vibraciones negativas que producen en el ser humano resentimientos, odio o rencor. Sentimientos  que no curan ni el tiempo, ni el perdón…  Aún el afectado “perdone”, siempre recordará las palabras que lo lastimaron porque las palabras, no siempre se las lleva el viento y el tiempo.

En nuestro vocabulario diario, inconscientemente utilizamos ciertas palabras, modismos,  refranes o consignas  “inapropiados” que pueden rayar en la vulgaridad, causando disgusto a quienes nos rodean.  ¡Cuidado! El malestar que genera a quien le disgusta escucharlo, también regresa hacia quien lo ha pronunciado.  Muchas veces una muletilla o palabra discordante tiene más que ver con la entonación, la fuerza y la vibración con que se pronuncia,  que con el sentido mismo de la palabra. Por algo dicen que “La persona se reconoce por su lenguaje”, por su manera de expresarse…

He aquí algunas consideraciones de notables en relación al don de la palabra:
  • Nuestro lenguaje forma nuestra vida y hechiza nuestro pensamiento.  Albert Einstein
  • Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras.    W. Shakespeare
  • Las palabras bondadosas son la mejor música terrenal y esta música todo el mundo la puede tocar.    Noel Clarasó
  • A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una dieta equilibrada.  Winston Churchill
  • Cuanto más estrecha la mente, más grande la boca.  Ted Cook
  • La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas palabras bondadosas.  Sigmund Freud
  • Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar.  Ernest Hemingway
  • No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras.   Juan Luis Vives
  • Quien de verdad sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz.  Leonardo Da Vinci
  • Panal de miel son las palabras suaves.   Salomón
  • Las 7 frases más difíciles de pronunciar:  1. Fui yo,  2. Perdóname, 3. Tenías razón, 4. Me gustas, 5. Te amo, 6. Me equivoqué, 7. Adiós.    Anónimo
Al hablar, no se trata de ser sumisos o demostrar debilidad de carácter por manifestar cortesía o amabilidad. Podemos exponer nuestras ideas  con firmeza y determinación, decir un “Sí” o un “No” rotundo, sin ofender, sólo utilizando las palabras correctas, claras y concisas, respetuosamente. Tratemos de incluir en nuestro vocabulario palabras que sabemos son de buena vibración, como aquéllas que derivan de los nombres o dones de las Arcangelinas, tales como: Caridad, gracia, esperanza, felicidad, fe,  paz,  alegría, compasión, constancia (Constanza), armonía y otras tantas.

En el plano físico las puertas no abren con un “Abrete Sésamo” sino pronunciando un mágico “POR FAVOR”, mejor si va acompañado de una sonrisa.  En el mundo espiritual, es aún más fácil, las puertas se abren con un  simple “GRACIAS”.  Cada vez que agradecemos a la divinidad las cosas que nos llegan, con esta maravillosa palabra, esa energía va al universo, se purifica y regresa multiplicada  en vibraciones positivas, en bendiciones.

Apliquemos la trilogía mágica de la palabra hablada al diario vivir:   Saludo, Por Favor y Gracias!

MIL GRACIAS!!!  Bendiciones a todos los que han leído este tema.

L. Cedeño S.

lunes, 11 de febrero de 2013

A M O R - Sentimiento para dos




Podríamos escribir mil páginas  tratando de definir la palabra “AMOR”. Algunos dicen que ya se ha escrito todo sobre el amor y el desamor,  en lo que se refiere al  amor de pareja…  Lo verdaderamente cierto, y en que han coincidido filósofos, literatos, escritores, científicos, poetas, psicólogos y religiosos, es que el amor entre dos no es descriptible, no se puede definir  en sentido pluralizado porque cada pareja es un mundo aparte.  Las personas se conocen, e individualmente experimentan,  sentimientos motivados por una atracción o afinidad inicial.   Un denominador común del amor sano en una pareja, es que involucra emociones sutiles, el romanticismo, la ilusión, la admiración, deseo de protección  y compartir tiempo y espacio con el ser amado.

El amor, esa llama perenne dentro de cada ser humano, que sólo necesita un detonante para avivarse,  esa energía envolvente que gira el mundo, que cruza fronteras, que se congela en el tiempo, permanece en el presente, existe porque el ser humano necesita ese sentimiento, esa ilusión  que llama amor, para sobrevivir.

Se habla tanto del amor, que muchos seres humanos “se enamoran del amor”, creando fantasías y un concepto errado de la persona que puede ser objeto de una futura relación.  En algún momento  llega a su vida alguien “especial” que a los pocos meses o semanas  cae del pedestal, porque llegó una persona común, con virtudes y defectos, no el príncipe o la princesa o el entorno  que se había concebido en  ese mundo de amor, maravilloso y sobre todo romántico, que nada tiene que ver con el mundo real.

La relación de pareja es la más complicada de todas las manifestaciones del amor, porque el amor es un sentimiento muy susceptible a la confusión y entreteje muchas  emociones.  El deseo, la admiración, la afinidad o la pasión que nos inspira alguien, suelen confundirse con el amor… Pasa a ser amor, sólo cuando a todo lo anterior le sumamos el  afecto Si no hay afecto no perdura el sentimiento, porque la pasión y el deseo se consumen en la saciedad, la admiración puede perderse o podemos descubrir que la afinidad no era tanta como creímos.   Sin embargo, cuando existe esa mezcla de amor y afecto, también se siente respeto, deseo de protección y sobre todo, consideración hacia la persona que amamos.  

Pronunciar un “Te quiero”, “te amo”  conlleva un compromiso, que ambas partes tienen que estar dispuestos a asumir, haciendo conciencia de que han de compartir no sólo tiempo, sino también hacer una brecha en ese espacio, que hasta entonces era enteramente privado, abriendo camino hacia una nueva vida que se espera sea de felicidad compartida.

La relación de pareja es complicada, porque puede desencadenar emociones  tan fuertes  y primitivas  del ser humano, como  la obsesión, los celos  o el sentido de  posesión, que pasa a querer subyugar, cambiar a la persona, sus gustos, sus amistades, su estilo de vida y hasta sus sueños. El amor que quiere cambiar a su pareja, el amor que no  enaltece, es mal amor…


Es inevitable enamorarse.  Dicen que Cupido siempre está al acecho para flecharnos, que sobre el corazón no se manda, pero si podemos tener la capacidad de alejarnos de ese  amor que denigra y lastima,  de ese amor que atropella valores, de ese amor que atenta contra nuestra integridad física y emocional, podemos alejarnos de ese “Amor de los Sufrimientos”.

Sobre el amor se han escrito millones de libros, estudios y frases famosas, como:

  • Nadie tiene dominio sobre el amor, pero el amor domina todas las cosas.  Jean de la Fontaine
  • El amor para que sea auténtico debe costarnos.  Madre Teresa de Calcuta
  • Amarse a uno mismo es el principio de una historia de amor eterno.  Oscar Wilde
  • La amistad puede convertirse en amor…  El amor en amistad, nunca.   Albert Camus
  • Tan imposible es avivar la lumbre con nieve, como apagar el fuego del amor con palabras. W. Shakespeare
  • La paradoja del amor es, ser uno mismo sin dejar de ser dos.  Erich Fromm
  • Puedes pasar 10 minutos con el amor de tu vida, y miles de horas pensando en él.  Paulo Coelho
  • Cuando hay amor, la distancia y el tiempo no importa, lo que importa es cuánto estás dispuesto a soportar su ausencia para esperar su presencia.  Carlos de Jesús
El amor verdadero, el amor sano, como todo lo que forma parte de nuestra vida, no es perfecto, viene en oleadas,  con sus altas y bajas,  porque somos seres ante todo emocionales, dos personas diferentes que, de buena voluntad, por ese AMOR que los ha llevado a compartir sus vidas, han de luchar por conservar. 

EL BUEN AMOR ES EL QUE INSPIRA A SER MEJOR PERSONA, MEJOR SER HUMANO, PARA BENEFICIO DE AMBOS.         Suerte!             Felíz Día de San Valentín.


L. Cedeño S.

miércoles, 6 de febrero de 2013

EN UNA VIDA - MUCHAS VIDAS


Un fenómeno muy común en estos tiempos de acercamiento del mundo, son los cambios que  enfrentamos los seres humanos, bien sea por voluntad propia, o por circunstancias de fuerza mayor. Cambios a veces tan rápidos y drásticos que nos sitúan en ámbitos inesperados y desconocidos.  Muy frecuentemente vemos cómo una oportunidad de empleo, negocios, estudios o reunificación  familiar, mueve a una persona o familia completa a una ciudad o país diferente, donde nos esperan otras costumbres, personas, clima y hasta idioma distinto. Simplemente viviremos otra vida.  Cualquier situación migratoria obligará a la o las personas involucradas a una nueva vida
  
De un día al otro, puede ocurrir “un evento que nos cambie la vida” entonces,   experimentamos una nueva vida, miramos a nuestro alrededor y las circunstancias pueden haber cambiado, las personas que nos rodean puede que ya no sean las mismas, a veces el mismo entorno familiar también cambió.  Un matrimonio, divorcio, nacimiento, fallecimiento, encarcelamiento, un flamante empleo, una guerra o la fortuna por herencia o juegos de azar,  sólo para mencionar algunas circunstancias, indudablemente conllevan a una nueva vida.

 Lo que llamamos diferentes etapas, son vidas dentro de nuestro camino de vida, porque cada una de ellas no es sólo un reto,  nos coloca en un escenario diferente, con personajes diferentes, donde tendremos que ser productor, guionista y protagonista. Tendremos que enfrentar los riesgos naturales de vida como enfermedad, preocupaciones, carencias,  ajustes sociales de todo tipo. Tendremos que utilizar nuestras habilidades cognitivas,  aptitudes y actitud frente a imprevistos, hacer uso de cuantas herramientas tengamos a disposición  para, como el camaleón, adaptarnos a esa nueva vida.

Lo más admirable del ser humano es esa capacidad de sobrevivencia, la capacidad de lucha contra la adversidad, para no perder sus sueños, sus esperanzas, buscando realizar sus intereses, sea riqueza,  libertad, amor, desarrollo profesional.  Esa capacidad para salvaguardar y tratar de equilibrar su vida psíquica, emocional y hasta espiritual,  no importa cuántas  veces enfrentemos una nueva vida.

L. Cedeño S.